Júzcar, el Pueblo de los Pitufos



Júzcar o lo más conocido como Pueblo Pitufo se encuentra enclavado en la serranía de Ronda. Teníamos muchas ganas de conocerlo, aprovechando que estábamos en la costa de vacaciones decidimos ir. El único inconveniente, es su acceso, una carretera de curvas y estrecha, pero lo bueno es el paisaje tan bonito que te encuentras a ambos lados.
Pusimos rumbo temprano, tras desayunar, el trayecto fue mejor de lo que pensaba. No obstante, el papá fue previsor y preparó varias bolsas de plástico por si en un momento dado las necesitaban Rodrigo y Alonso. Pero el buen conducir y la parada que hicimos en zona verde para respirar aire puro, fue suficiente para llegar al pueblo estupendamente.
En junio de 2011 este municipio de la provincia de Málaga se tiñó de azul para recibir el estreno mundial de la película Los Pitufos (dirigida por Raja Gosnell). Desde entonces y hasta hoy sus casas y sus calles tienen un color añil que nos traslada a un mundo de fantasía tanto para los pequeños como los mayores.
Antes de visitar el pueblo, estuve buscando en internet información sobre los lugares recomendables para visitar, comer y encontré que el pueblo igual dejaba de ser pitufo por evitar discrepancias económicas con los herederos de los personajes azules, pero tuvimos la gran suerte de que Papá Pitufo, Pitufo Miedoso, Pitufina...estaban allí presentes. A día de hoy no se como se encontrará la situación pero sería triste que un pueblo con un nombre, y tan conocido turísticamente prescindiera de una de sus fuentes económicas.

Nada más llegar, nos fuimos a la caseta de información turística. No podía ser de otra manera, ubicada en una seta de los pitufos en donde un señor muy amable nos entrego un mapa, nos explicó perfectamente los lugares para visitar y nos aconsejó que compráramos la hogaza de pan con masa madre que hacen tan rica y perdurable en el tiempo durante cuatro o cinco días y así fue, ¡estaba buenísima!






Pasamos un gran día, donde Rodrigo y Alonso hicieron diversos talleres, comimos típicas tapas pitufas en el bar Torricheli y tomamos un rico refresco de cereza en la bodega del Bandolero. Y lo mejor pudimos disfrutar de cada uno de sus rincones y contemplar cada una de sus paderes pintadas y peculiares calles.
Una experiencia muy bonita. ¡Sientete como un auténtico pitufo!

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